Una de las grandes apuestas industriales para limitar las emisiones de CO2 a la atmósfera y modernizar el parque automovilístico del futuro está en el coche eléctrico, una modalidad de vehículo inventada con los primeros automóviles hace más de 1 siglo, pero que fueron descartados para el mercado por la presión de la entonces floreciente industria petrolera.
En España, el Gobierno ya ha puesto en marcha el Plan Movele, una iniciativa para potenciar la adquisición de este tipo de vehículos con ayudas de hasta 16 mil euros que favorecerán a los compradores de los modelos registrados en un catálogo de unos 70 modelos ya existentes en el mercado.
Un coche eléctrico carece de motor de combustible, silenciador, convertidor catalítico y tanque del combustible. También se quita el embrague, dejando la transmisión en su lugar. Para cargarlo, se enchufa a la red en un punto de recarga y tarda en completarla entre 15 y 30 minutos con una potencia de 50 Kilowatios, y para recorrer un 100 kilómetros un coche eléctrico consume aproximadamente un euro de energía eléctrica, siempre y cuando la recarga se realice en un momento valle como el nocturno.
La relación de las empresas de alquiler de vehículos en relación al coche eléctrico radica en la posibilidad de incorporar en breve estos modelos a su flota, sobre todo en las ciudades inicialmente, donde ya empiezan a verse de manera frecuente algunos de estos modelos más pequeños. Poco a poco, las grandes marcas como Nissan o Toyota empiezan a presentar en las grandes ferias del sector modelos de mayores dimensiones, aunque aún no están suficientemente generalizados los puntos de recarga.
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