Si hay un coche que ha marcado estilo en varias décadas ese es sin duda el Mini. El revolucionario compacto pequeño de BMW revolucionó la conducción en la década de los 60 del Siglo XX, y en la actualidad, el innegable éxito del nuevo diseño revisado de la marca alemana, ha puesto a la pequeña joya de la corona en el punto de mira de compradores y usuarios del parque de alquiler.
Tanto la versión clásica como la versión deportiva, el conocido Mini Cooper, son dos de los modelos más demandados por los usuarios de vehículos de alquiler de gama alta para moverse en las ciudades junto con el Smart FortTwo, otro modelo de éxito entre los cuatro ruedas de pequeño formato.
El nuevo Mini mantiene la esencia del clásico: tracción delantera, motores de cuatro cilindros montados transversalmente en la parte delantera, voladizos muy cortos y suficiente espacio para cuatro pasajeros. BMW quiso respetar la historia, no sólo con las características técnicas del coche, sino también en su fabricación, siendo Oxford (Inglaterra) –la cuna del antiguo Mini- el lugar en el que se fabrica hoy la nueva versión.
Sus dimensiones originales fueron 3,05 metros de longitud, 4 puertas, 4 plazas y un maletero de 195 litros. Iba equipado con un motor de 34 CV de potencia. Poco después fueron llegando versiones de lujo, descapotables e incluso pick-up o versiones anfibias. Mini amplia ahora la oferta de versiones con la incorporación de una variante Diesel 1.6 de 90 CV para el One, siendo, por tanto, la segunda motorización a gasóleo que estará disponible junto a la ya existente Cooper D de 110 CV. |
