Uno de los fenómenos que más ha impactado en la adquisición de vehículos en los últimos años, ha sido la tendencia de los consumidores a elegir vehículos de diesel frente a la gasolina.
A principios de la década de los 90, apenas un 10% de los coches que formaban el parque móvil eran de gasoil, mientras que en la actualidad los vehículos diesel suponen más del 45% del total.
A la hora de elegir entre un tipo u otro de carburante debes tener en cuenta al menos una variable crítica: el uso que le darás al vehículo. Si tu kilometraje anual no supera los 10.000 km, sin duda no necesitas un diésel, ya que estarías pagando un sobreprecio innecesario por coche y combustible.
Si por el contrario, sueles realizar un kilometraje anual entre los 30000 y los 60.000 km/año el diesel es tu mejor opción. Con ese volumen de kilómetros, la diferencia de precios se amortiza ampliamente.
Además, otras variables serán los extras y las revisiones anuales que suelen llevar los vehículos de gasoil (más caros habitualmente) y los costes de impuestos de matriculación; más bajos en un vehículo diesel.
Finalmente, otro dato relevante es la vida útil del coche, que será menor en los coches de gasolina debido a la menor duración del motor. |